
¿Has notado ultimamente que tus dientes están desgastados?
Nuestro estilo de vida es el principal causante de la erosión dental. Un problema muy común que, además de alterar el aspecto de los dientes, que pierden su blanco y brillo natural y se amarillean, afecta también a nuestra salud. Los agentes ácidos con los que nuestros dientes entran en contacto diariamente, erosionan el esmalte y con el tiempo, los dientes pierden su protección y se debilitan causándonos dolor. Este dolor puede hacer que el cepillado se convierta en algo molesto y descuidemos la higiene bucal, favoreciendo la aparición de caries y de enfermedades periodontales.
Llamamos erosión al desgaste del esmalte dental causado por el contacto frecuente y prolongado de los dientes con agentes ácidos. Al dañarse la protección que ofrece el esmalte, los dientes van perdiendo grosor, la estructura dental queda expuesta a agresiones y se puede desarrollar hipersensibilidad dentaria al frío, al calor, a los dulces, a los ácidos y al contacto.
Las causas pueden ser intrínsecas, como por ejemplo en el caso de problemas de reflujo gástrico, o extrínsecas, relacionadas con los hábitos alimenticios. Estos hábitos son, junto con una higiene bucal inadecuada, los mayores responsables. La saliva es la encargada de mitigar naturalmente el efecto erosivo de los ácidos sobre el esmalte dental, por lo que, cuantas más veces expongamos nuestros dientes a los ácidos, menos tiempo tendrá nuestra saliva para revertir el desgaste.
Las bebidas y alimentos ácidos que más influyen en la erosión son bebidas de cola, refrescos gaseosos o carbonatados, zumos de frutas envasados, vinos, vinagre o cerveza.
¿Cómo prevenir el desgaste dental?
- Disminuir o eliminar la ingesta de alimentos ácidos y bebidas gaseosas. En las ocasiones en las que se consuman, procurar no repartir la bebida por la boca minimizando en la medida de lo posible el contacto con los dientes. Una opción puede ser el uso de pajitas.
- Tras la ingesta de ácidos, esperar 20 minutos a que la saliva los neutralice antes del cepillado. De esta forma se evita frotar los ácidos contra el esmalte.
- Visitar regularmente al dentista para favorecer la prevención, la detección precoz y el diagnóstico de las posibles causas.
- Seguir una correcta y completa higiene bucal: utilizar un cepillo de filamentos suaves, seda o cinta dental y dentífricos y colutorios de baja abrasividad y alto contenido en flúor, agente inhibidor de la erosión que actúa como barrera protectora.
Por todo ello, una alimentación y un cuidado bucal correctos son los mejores aliados para combatir la erosión.